Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La cooperación como expresión innovadora

En cierta ocasión, Ferrán Adriá conocía el fenómeno de los concursos de tapas del este diario y la asociación de hostelería. Acababa de ofrecer una conferencia sobre sus rupturistas planes para El Bulli y su entorno, todavía hoy por ver la luz, y supo de la concurrencia en la provincia oscense de casi trescientos establecimientos participantes entre todas las comarcas. Su contestación fue tajante: Eso sí que es innovación, eso sí es creatividad. Atribuía en aquella ocasión el magistral chef tales condiciones a los acontecimientos capaces de concitar en torno suyo el mayor número de voluntades. Esta misma condición puede adjudicarse a la iniciativa de los juegos inclusivos y cooperativos en el patio de ocho colegios de la ciudad, con la inspiración llegada desde la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación para complementar la tradición de entregar el espacio común prioritario en el recreo a los afanes futbolísticos. Naturalmente, sin menosprecio a los valores que el deporte, y particularmente el principal, pueden entregar a los jóvenes en su etapa educativa.

Compartir los lugares comunes dentro de los centros de enseñanza y estimular las habilidades de diversos juegos representa un paso adelante para que, de una manera práctica y lúdica, los alumnos puedan adquirir las actitudes sociales que serán los cimientos de la convivencia futura en progreso y en igualdad. A estas alturas, existe un amplio y plural movimiento de profesorado dispuesto a modificar las estructuras y a evolucionar las tradiciones para robustecer las aptitudes, las cualidades y las vocaciones de los estudiantes por vías a la par amenas y responsables. Conviene aprovecharlo, comprenderlo y, por qué no, debatirlo en aras de un modelo eficiente.