Opinión
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  • PASCUAL ASCASO

Zafarrancho de combate político

Pocas veces se habrá dado en España un zafarrancho político de tal calado y magnitud como el que en este momento estamos viviendo sufridamente. Tres temas ocupan el meollo de la penosa situación que estamos padeciendo: El juicio por los acusados de rebeldía de los independentistas catalanes del 1-O, Los Presupuestos Generales del Estado en el aire y las elecciones exprés que se avecinan para ver quien se lleva el gato al agua. Es necesario resolver estos tres asuntos que de manera puntual se dan en este momento, en el más corto espacio de tiempo posible y que a buen seguro van a dejar, posiblemente, rastro no deseado los tres.

Son tres asuntos que están removiendo el estómago y los sentimientos de la inmensa mayoría de los españoles y que no dan tregua para poder resolver los muchos temas que esperan en el baúl de los recuerdos, como por ejemplo: La reforma de la Constitución, el pacto por la Educación y la reforma definitiva de las pensiones, entre otros muchos.

En lo que sí son expertos los políticos que tenemos, tratando de buscar el asentimiento y el aplauso de los ciudadanos, sin conseguirlo, es ponerse los unos a los otros como hoja de perejil llevados todos sin excepción por el afán de poder. La mirada la tienen puesta en la Moncloa y no en España. La irresponsabilidad de los mismos es vergonzante.

A todos perjudica la tragicomedia que representan, pero a los que más a los ciudadanos que desde la barrera contemplan el vergonzoso panorama y que lejos de mejorar empeora de manera alarmante sin que se vislumbre avance positivo alguno. Muy chungo y feo está el asunto.

Por el bien de los españoles, este zafarrancho político debe terminar si queremos avanzar en la buena dirección, que falta nos hace. Verdad es, que poca confianza y esperanza tenemos, porque hace mucho que venimos viendo que cada vez que cambiamos de caras empeoran los hechos.