Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La larga caminata hacia la igualdad

Distintos pasos, mismo camino. El eslogan de la Marcha Aspace, autodefinida como senderista y solidaria, nos guía por esos caminos de La Hoya jalonados por un paisaje verde y fértil hacia la convicción ineludible de que la igualdad es un derecho que, es tanto como sacralizar la diversidad de este mundo. Bien es cierto que, como aseguraba Honorato de Balzac, no hay poder humano que consiga transformarla en un hecho, en una realidad, y de ahí que esta cita con los ciudadanos con parálisis cerebral se haya convertido en un acontecimiento ineludible de compromiso cívico y de responsabilidad universal. Y seguirá siendo insoslayable incluso en el hipotético caso de que, efectivamernte, se alcance el escenario ideal dentro del Estado de Derecho.

Que cada oscense decida, con determinación, recorrer nada menos que 18 kilómetros para expresar su admiración hacia los profesionales y voluntarios de Aspace Huesca, para reconocer los derechos de los usuarios, unificando sus sendas cada uno con sus capacidades y disponibilidades, supone una gesta fantástica. Una comunión irrompible entre la organización y la ciudadanía, dispuesta a empatizar con el esfuerzo de la gran familia asociativa, renuente a la comodidad de quedarse en casa en la mañana dominical para compartir un proyecto irrefrenable que irradia convicción y humanismo. Si es una verdad apodíctica que, cuando mejoramos nuestros comportamientos y nuestras conductas individuales, estamos contribuyendo decisivamente a optimizar el rendimiento de esa maquinaria compleja que es la sociedad, la Marcha Aspace sonó con una coralidad en la que las notas tocaron en ritmos de solidaridad, de entrega generosa y de concienciación. Una visibilidad de primera para una ciudad de primera.