Hoy, ya un año sin ti. Qué difícil es sobrellevar tu ausencia para todos, más, si cabe, para tus padres, que por ley de vida es lo peor que les puede suceder: perder a un hijo. Cuánto ha cambiado la vida sin ti, mucho dolor y daño. No hay día que no tenga una conversación contigo o un recuerdo y me parece verte con tu sonrisa inigualable.

Qué desgracia aquel fatídico 8 de mayo, cuando el maldito camión te nos arrebató: una imagen del accidente que no se me borra de la cabeza; ojalá no la hubiera visto para quedarme sólo con tu sonrisa. Un padre ejemplar, que vivías por y para tus "niñas".

El pasado 6 de abril fui abuela. Tuve sentimientos encontrados. Por un lado, la gran ilusión de tener a Amaia entre nosotros. Por otro, la pena por tu ausencia y el vacío que dejaste.

Has dejado una huella muy fuerte por ser como eras. Tus compañeros de trabajo han querido tener un recuerdo contigo al emplazar un pequeño monolito en la zona del accidente, donde hoy mismo, día 8, van a colocar una placa recordando tu aniversario. Cuánto te echan de menos.

El tiempo pasa pero las heridas permanecen y en mi mente nunca se borra el recuerdo que nos dejaste. Un abrazo de tu prima que no te olvida.