Opinión
Por
  • LUIS GARCÍA NÚÑEZ

Los huertos

Entramos en una nueva estación, la Primavera, en este año de 2019, y con ella, la mejor climatología (aunque este año viene como viene) para ir pensando, los que tenemos nuestro pequeño huerto, la mayoría de las veces, ecológico, preparando el programa de lo que vamos a hacer con ellos, que vamos a plantar, y cuando. En este ultimo apartado, siempre viene bien el consejo del profesional, del que con la sapiencia adquirida por el paso de los años y el contenido y la responsabilidad de la tradición familiar. En esto de saber cuando es el momento más oportuno para plantación de este o aquel producto, acudo siempre, cada año, a Casa Barbereta, a Pepe Guiral y a su esposa Ana, por aquello de la cercanía amistosa, pues no en vano hace mucho tiempo que nos conocemos. Su labor de tantos años, la siguen con gran primor y profesionalidad también sus hijos Jorge y María José, la nueva savia de esta Casa, ya que Pepe se montó en el autobús de la jubilación, aunque lo vivido siempre está ahí en el recóndito escondrijo de nuestro Curriculum . Pero la experiencia de Pepe ha trascendido al resto de la familia. Los mayores tenemos que dejar paso a los y a las jóvenes que se incorporan a la saga Barbereta.

Los tiempos actuales han traído esta moda de cultivar cada uno su huerto, disfrutando, dicho sea de paso, de la felicidad que conlleva el contemplar como de una pequeña mata, nos aparece una hermosa y lucida lechuga rizada, o el nacimiento en altura de unos ricos pepinos que van trepando con alegría por el tutor aplicado a su ser. Otros muchos hortelanos de la ciudad –aunque cada vez son menos- mantienen viva esta actividad hortelana en Huesca capital, una actividad bastante trabajosa, un poco aliviada tal vez en la actualidad con la aparición de la maquinaria y los nuevos inventos precisos para este menester.

Un oficio, siempre muy sacrificado y duro, compensado por la satisfacción del fruto de ese trabajo no siempre reconocido, pero hecho con el tesón y el espíritu de conservar la tradición de estos hortelanos de toda la vida. Un floreciente Vivero-huerta, atendiendo a cientos de asiduos clientes, atraídos no solo por la calidad de los productos que ofrecen, sino por, como decía antes, por la calidez humana de todos los miembros de esta familia Guiral.

Los hortelanos de Huesca, todos, merecen el reconocimiento a esa labor magnifica de todos ellos, cuya actividad y desarrollo aporta valores a la economía de esta Huesca de mis amores.