Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO

El brexit a referéndum

El brexit es el dolor de cabeza de todos los países que forman parte de la CEE y sobre todo de los ingleses. Cuando se hizo el primer referéndum ganó por muy poco el no a formar parte de una Europa unida. Los británicos votaron sin saber sus consecuencias, firmando un cheque en blanco porque no sabían las desventajas que les iba a traer. Lo primero que se tenía que haber hecho, previo a llegar a esta situación, era saber los papeles que pondría bajo la mesa Bruselas a este divorcio y a continuación elegir. Ahora son todo prórrogas e idas y venidas entre Europa e Inglaterra. El Parlamento debate echar atrás, vuelve a pedir plazos y es un sinvivir. Pero, desde mi punto de vista, es necesario volver a votar y que sea el pueblo el que firme el talón de la continuidad de la ruptura, ya que ahora sí tiene cifras. Vamos hacia una economía global y la CEE parte de la base que "la unión hace la fuerza", para que Europa reconstruya sus infraestructuras y se blinde la clase media en todos los países miembros, ya que es la columna vertebral del estado del bienestar social. Uno de los varapalos que supondría esta separación sería la falta de subvenciones PAC para la agricultura y la ganadería que dejaría temblando a los hombres del campo por el descenso de las mismas y completamente arruinados a los británicos por falta de ayudas. Una agricultura y ganadería fuerte son la base para una alimentación saludable y para que un país sea rico. Prueba de esto es el dicho francés "país sin agricultura ruina segura".

En este contexto la salvación de la CEE es hacer un segundo referéndum porque ahora ya se sabe lo que va a ocurrir y votar a ciencia cierta. La unión hace la fuerza. Señores políticos del parlamento inglés, déjense de idas y venidas, de debates maratonianos y permitan elegir al pueblo, ya que la tormenta económica con granizo va a caer sobre ellos y, de paso, a la soberanía popular, ya que rectificar es de sabios.