Opinión
Por
  • LUIS GARCÍA NÚÑEZ

Nuevo vehículo

Como nos diría Don Hilarión, de la zarzuela "La verbena de la paloma" del maestro Tomás Bretón… "hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad", pero realmente se quedaría realmente sorprendido si levantase la cabeza y viera hasta dónde han adelantado las ciencias. Y no hablemos de la tecnología referida a la informática y, dentro de ella, la de los móviles. Pero bueno, yendo a a lo concreto, me voy a referir expresamente a las llamadas sillas motorizadas que tanto han proliferado en los últimos tiempos, para satisfacción de infinidad de necesitados de las mismas.

En nuestra provincia y, más concretamente en la ciudad de Huesca, el uso de este vehículo se ha hecho –afortunadamente- muy presente, viniendo a solventar el problema de movilidad de muchas personas que ya no quedan supeditadas a la ayuda de otros allegados. Las sillas, cada vez más modernas y por tanto más dotadas de nuevas y deseadas prestaciones, hacen las delicias de sus usuarios, que a decir de los mismos ha venido a solventar un importante problema de traslado de un lugar a otro. ¡Son una maravilla! Con el añadido, siempre destacable, de que no se precisa obtener el carnet de conducir para circular por las aceras, especialmente, al menos por ahora.

Recuerdo que hace unos años en que en uno de mis viajes a la ciudad veraniega de Benidorm, me sorprendió observar el número importante de personas a bordo de dichas sillas motorizadas, circulando por aquellas hermosas aceras junto a la playa, lo que hizo preguntarme ¡qué cantidad de personas con problemas de movilidad física! ¿qué ocurre en esta ciudad Pero como siempre he creído que la cabeza la tenemos para dos cosas: pensar y llevar boina, me aferré a lo primero para determinar que habría que encontrar los motivos de semejante presencia de estos vehículos. La respuesta de un lugareño fue tajante: "Nos visitan muchos extranjeros, la mayoría de ellos maduros, vamos de cierta edad, y por tanto con achaques propios de la edad, necesitados de algún vehículo para trasladarse por calles, paseos y avenidas muchas veces de largo recorrido".

Y por aquello de usar la cabeza, hubo quien se propuso poner en marcha una solución para estas personas: montar un servicio de alquiler de sillas de ruedas eléctricas. El éxito de la novedad no se hizo esperar, con el añadido de que tales vehículos no solamente venían dotados de los elementos y confort necesarios para el usuario, sino que fueron provistos de cestilla para llevar la compra u otros útiles.

En verdad ha sido uno de los inventos más plausible de los tiempos que corren, en que la realidad hace aflorar las soluciones. Habrá que tener en cuenta que la longevidad se hace mas ampliable cada vez y el deterioro de la osamenta, especialmente, también se hace presente, trayendo en su mochila la necesidad de la presencia de soluciones, como es –por ejemplo- la aludida silla de ruedas eléctrica.