Opinión
Por
  • ANTONIO NAVAL MAS

24 años es razón para el aburrimiento

Casi veinticuatro años han pasado desde el día 17 de septiembre de 1995, cuando en la sacristía de la concatedral de Monzón el obispo Malla, de Lérida, le dijo al obispo Echevarría, de Barbastro, que bajara un día a Lérida y arreglarían sin problemas la cuestión pendiente de los Bienes. El obispo Malla no tardó en entregarlos al Consorcio del Museo de Lérida creado para el caso con su colaboración. Después, su sustituto el obispo Ciuraneta fue a un notario de Barcelona y dejó constancia de que "...esto y esto y también esto... y todo..., es mío", no dejando lugar ni para mínimos de apariencia de dignidad.

En el último juicio de Barbastro, había objeciones muy serias a los informes periciales de los doctores Berlabé y Sureda, sobre la pretendida propiedad por parte de Lérida de las piezas solicitadas por Barbastro. Lo indocumentado de sus afirmaciones y la superficialidad en sus apreciaciones en relación con la propiedad centrada en las 83 piezas relevantes exigía disipar cualquier duda sobre tales informes. La pericia profesional del abogado que, de hecho, se quedó en único hablante, los otros no supieron decir nada, fue desviar la atención hacia las 28 piezas restantes, la borrufalla del lote, pidiendo justificación a que Aragón-Barbastro no haya ido a recogerlas. Para colmo de su actuación pidió explicación a que no había incluido en mi contrainforme el estudio de cada una de estas piezas. La objeción al letrado parlante era decirle léase usted primero el contrainforme y, después, pregunte. La alternativa fue contestarle que el tema aburre, en lo que de hecho es la burla de Lérida. En realidad es un eufemismo frente a lo que con expresión coloquial más grosera, pero más aquilatada, hubiera sido contestación oportuna. En esta "guerra", léase litigio, está todo dicho y dictaminado incluso por la jurisdicción civil, como fue la Juez número 4 de Lérida (6-09-2010) y el Juez de Barbastro (31-05-2010) que también consideraron que las piezas en litigio eran de Barbastro-Monzón.

Aragoneses y no pocos catalanes estamos saturados de hastío en este juego, en que la ambición y prepotencia han atrofiado la voluntad de los catalanes catalanistas para poner las cosas en su lugar.

Este colectivo siempre ha sido un colectivo automarginado y con dificultad para integrarse. Es como su RH o ADN diferencial. En aquello no hay diferencias con el grupo, esta vez de raíces étnicas específicas, que también forma parte de España y que tendría más razón para pedir ser considerado nación, aun no teniendo territorio propio. Los catalanes catalanistas siempre han ofrecido problemas de convivencia, cuando si han sido algo fue en la medida en que se integraron en Hispania, pasaron a la Corona de Aragón y, después, fueron parte de España, incluida la de la posguerra de Franco.

Ni el presidente-accidente Zapatero, ni el vacilante Rajoy que tuvo dificultades para discernir entre prudencia y miedo, supieron poner en orden a los catalanes catalanistas de la vecina región que actúan en nombre de la demarcación geográfica que es Cataluña. Mucho menos va a saber hacerlo presidente que se avecina, personaje residual del socialismo activo, con más ambición de protagonismo que ideas políticas siquiera fueran de manual. Mientras tanto y siempre, este gran pueblo que somos los españoles, y este gran país que es España, lo es por lo que fue, aportó y aporta de forma destacada al contexto de la civilización occidental, la que es referencia para todos los otros países del mundo. Los españoles cada vez más indocumentados en Historia, y no es por accidente, y más superficiales para contrarrestar a irresponsables y aventureros, estamos abocando la Hispania de remota antigüedad hacia otro reino de taifas. Si no se asume y arregla el desajuste y equivocación que ha sido el estado de los autonomías, nada sería de extrañar que sea necesaria otra reconquista, para lo cual nada tendría de insólito la aparición de otro líder convincente y aglutinador.

En las conclusiones de la reciente vista, los de Lérida dejaron claro que, en consecuencia a sus leyes tribales, los Bienes de Barbastro-Monzón actualmente en Lérida, han sido objeto, de hecho, de otra Desamortización. Esto es muy grave.