Opinión
Por
  • Mar Ramos Navarro

Fiabilidad

Una reciente encuesta acaba de poner de manifiesto la crisis generalizada de credibilidad existente entre políticos y ciudadanos. No solamente se deduce de la misma esa pérdida de confianza, no, sino que también advierte que la clase política -de cualquier color- es uno de los principales problemas de la ciudadanía.

Está claro que mucho ha tenido que ver la ineficacia e incapacidad demostrada para solucionar las preocupaciones más graves de la población, tales como -entre otros- el desempleo, la precariedad laboral, los bajos salarios, las dificultades de acceso a una vivienda digna, el calentamiento climático y el conflicto territorial, de los que hacían alarde en sus programas electorales.

Porque no hay que ser un lince para palpar en el ambiente un cierto hastío social por tanto ataque personal, insulto, falsedad, descalificación constante así como uso exagerado de superlativos y tonos agresivos, que empobrecen y arruinan cualquier debate que se precie.

Y es que los continuos cambios de opinión, las contradicciones frecuentes, el abandono de los compromisos adquiridos y las salidas de tono merman ¡ay! sensiblemente su fiabilidad.