Opinión
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  • DIARIO DEL ALTOARAGÓN

Señores, a trabajar

La dinámicaque comienza con la convocatoria de elecciones y concluye con la conformación de las corporaciones municipales ya ha culminado y comienza otro proceso que es la consecuencia y que tiene un objetivo fundamental: trabajar para conseguir que los ciudadanos, que han sido quienes han depositado su confianza en sus representantes, disfruten de los mejores niveles de bienestar en unas ciudades y unos pueblos en los que perfilar una atmósfera humana, próspera, dotada de oportunidades iguales para todos y respetuosa con la diversidad, que es la esencia de las sociedades de estos tiempos. Atrás queda la confrontación, que ha de ser concebida como la búsqueda del espacio en el que se acoplan las pretensiones de los electores y las propuestas de las formaciones.

Es el momento de empezar a trabajar por el interés general, cada uno en el rol que le ha asignado ese cuerpo tan disperso y tan plural como es el electoral. Hacerlo, además, con la obligación de mirar alto, de marcar metas lejanas y de laborar en la proximidad, con la cercanía de la administración más pegada al terreno y la audacia que exigen unos tiempos en los que, además de cooperar, los territorios entran en sana competencia para buscar lo mejor para las gentes que en ellos habitan. Tiempo habrá para dilucidar algunos de los rescoldos de la pasión que ha elevado las tensiones políticas, siempre legítimas y aceptables cuando los cauces son los de la palabra y el respeto. Por supuesto, las reacciones sobre la capital oscense proseguirán en la dirección que determinen los ayer investidos concejales. Pero, en ese juego riguroso en el que todo es asumible salvo la deslealtad, los actores deben enfocar sus talentos, sus esfuerzos y su perspicacia en elevar el bien común con la base de una convivencia fructífera. Tengamos una buena singladura.