Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Tapas, reforzar la identidad gastronómica

Amanece que no es poco, como si fuera un homenaje a la película de José Luis Cuerda en el trigésimo cumpleaños de su estreno, es el nombre de la elaboración vencedora del Concurso Provincial Tapas de 10 cuyos premios se entregaron ayer en las instalaciones de Viñas del Vero. En realidad, todo el proceso de desarrollo de los certámenes de cocina en torno a la más universal de las identidades gastronómicas de España tiene un punto cinematográfico y está, como todo cuanto rodea al largometraje del mítico director, impregnado de humor y de un cierto surrealismo. Sólo así se puede entender que los equipos integrados por cocineros y servicio sean capaces de extraer creatividad a raudales acompañada de unas presentaciones casi pictóricas, e incluso en algunos casos con unas dosis inequívocas de lirismo.

En realidad, si un territorio se define por la manifestación de cuanto emerge de sus fogones, como han dejado escrito grandes autores de nuestro país, las tapas constituyen una expresión singular que extrema el talento y el esfuerzo de todos. Intentar contener en una dimensión escueta grandes dosis de cualidades organolépticas, para que en un bocado podamos abarcar una combinación suculenta de texturas imposibles, aromas evocadores y sabores espectaculares, e incluso otras apelaciones a los sentidos, es un prodigio con aires de renacentismo en el maridaje de las artes y de la nutrición saludable. La provincia de Huesca tiene ya una mayoría de edad desde que emergieron estos acontecimientos que desde el primer día contaron con el favor de miles de aficionados a la buena cocina para emprender un crecimiento exuberante hasta alcanzar una madurez que hay que reforzar. Estos ingredientes son los que deben consolidar la identidad gastronómica, que es cultural.