Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Cascos en la catedral

En la primera misa celebrada en Notre Dame de París tras el incendio que devastó su cubierta, los sacerdotes y algunos de los pocos asistentes se colocaron cascos blancos de protección para garantizar su seguridad. Data del año 1972 el eslogan que se fomentó en nuestro país y que decía "Trabaja, pero seguro" dentro del Plan Nacional de Higiene y Seguridad en el Trabajo. Los cascos de protección para la industria y la construcción son de obligado cumplimiento con el objetivo de proteger al usuario contra objetos que pudieran caer, las lesiones de cerebro y fracturas de cráneo. Los sacerdotes que oficiaron en Notre Dame dos meses después del terrible incendio eran trabajadores con todos sus derechos por el peligro que existe todavía de derrumbe. A los gorros habituales de los sacerdotes (solideo, bonete, mitra) habrá que añadir desde ahora el del casco blanco, pues en muchas iglesias el estado de los muros y techos es precario. Se puede comprobar en muchas pequeñas iglesias de los siglos XII y XIII que hay por pequeños pueblos del Pirineo, en donde oír misa es una práctica de riesgo para el sacerdote y los fieles asistentes. Es raro ver a un señor, generalmente político, vestido con traje de chaqueta y corbata con el casco de obra puesto cuando inaugura o visita un lugar en construcción, más raro es ver a un cura de esa guisa, pero el casco de protección no es necesario que combine con la ropa que se lleva puesta, su misión es otra. No estaría de más que en la sacristía de iglesias antiguas hubiera unos cuantos cascos blancos por si es necesario su uso en un momento dado. Es muy importante proteger nuestra cabeza, la parte de nuestro cuerpo donde se encuentran algunos órganos de los sentidos y el cerebro. Emmanuel Macron ha prometido que Notre Dame se reconstruirá en cinco años (y aún más bella), más o menos el tiempo de caducidad que tienen los cascos de protección. Es de suponer que la catedral francesa guardará los cascos de protección en su sacristía para siguientes celebraciones y sus responsables han de estar bien informados de su uso y conservación. Existe una normativa europea obligatoria de requisitos y métodos de ensayo para la certificación de los cascos, sea cual sea su uso: capacidad de absorción de golpes, resistencia a la penetración y resistencia a la llama.