Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

La investigación que alumbra en resultados

Para los profanos en la materia, la vida de los científicos resulta difícilmente comprensible. Años y años detrás de un pequeño descubrimiento con el que poder avanzar en el bienestar de la humanidad y en la integridad del planeta constituyen un pago demasiado elevado para nuestra mentalidad, entregada a las urgencias y a la búsqueda de resultados inmediatos. De ahí que, cuando las investigaciones alumbran los fundamentos de los métodos y las terapias, la emoción por el avance se convierte en una intensa y sutil eclosión de sentimientos. Algo similar al "Eureka" de Arquímedes de Siracusa es lo que debieron sentir en el Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón cuando dieron con el hallazgo de una nueva forma de diagnóstico precoz de la "aspergilosis", para el que habían contado con esa asociación que es todo un ángel de la guarda que es Aspanoa. Con seguridad, en esta organización compartieron plenamente la exclamación, con el alivio propio de quienes rozan directamente con la enfermedad.

Esta auténtica proeza, superior a cualquiera que podamos imaginar en otros ámbitos en los que todo hito tiene una visibilidad incluso desproporcionada, debe ser un acicate para que los ciudadanos hagamos apreciar a los representantes que hemos elegido con nuestras voluntades expresadas en las urnas la imperativa necesidad de aportar los recursos precisos para que la investigación avance hacia sus desarrollos e innovaciones con el ritmo que sólo debe encontrar el freno de las dificultades intrínsecas de la conquista del conocimiento. Hay que trabajar mucho con un rigor que se acompaña por el ingenio y el talento pero, sobre todo, por una paciencia que no es de este mundo. Con la ciencia, se invierte en el ser humano, en la comunidad y en el futuro. En definitiva, en la vida.