Opinión
Por
  • ANTONIO LASHERAS

Defender lo nuestro no nos da derecho a destruir lo de todos

Estamos de acuerdo que todos estamos obligados a defender nuestros orígenes, nuestra familia, nuestro pueblo, nuestra provincia, nuestra región, nuestra nación y nuestro continente. Pero seguimos teniendo problemas globales, que requieren soluciones que nazcan de la cooperación.

Necesitamos supervisar permanentemente la Organización Mundial del Comercio, para que todos los rincones de la tierra tengan los mismos derechos y obligaciones.

Necesitamos una seguridad global amparada en la OTAN, ya que a más individualidad seremos más vulnerables y débiles.

Tenemos una Europa del Este mucho mas desencantada que antes de integrarse en la U.E.

La enorme rapidez, "quizá demasiada", de la integración, no ha dado los resultados previstos.

Polonia, Hungría y Checoslovaquia, con crecimientos económicos impresionantes, están en desacuerdo con la antigua Europa. El nivel de gasto que mantiene la U.E. es insostenible para los países de la Unión que se denominan ricos.

Otro panorama a controlar es la inmigración, el tener un sentido equilibrado en esta materia sería muy beneficioso para nuestra economía. Ni la Unión Europea puede absorber a todos los inmigrantes del mundo, ni la Unión Europea puede desarrollar sus proyectos sin inmigración.

En Europa se atisba un crecimiento de las derechas o extremas derechas. Pero lo más importante ha de ser, estar bien gobernados para mantener el equilibrio económico europeo, no mirar tanto los colores y mirar mucho más los resultados.

Necesitamos acciones globales que nos hagan crecer la confianza, fundamental si buscamos la paz.

Las familias que conviven en paz crecen, las familias que conviven en guerras o guerrillas se destruyen sin poner freno reparador.