Opinión
Por
  • Mariano Ramón

Digitalización

Del viejo el consejo, se decía cuando a los setenta años de edad una persona era anciana y sus hijos y entre ellos los de Verdolé, andaban peleando para hacerse un sitio en la sociedad laboral. Es evidente que este aforismo ha perdido vigencia y que ahora son los nietos quienes ilustran a sus abuelos manipulando las tabletas con más habilidad que los antiguos mecanógrafos pulsando las Olivetti, Underwood, Remington, etcétera. Con sus menudos dedos hacen que en las pantallas de sus teléfonos móviles aparezcan imágenes en vivo de episodios situados a cientos de kilómetros de distancia. Algo que parece cosa de brujería, pero tan habitual que ya no causa un asombro similar al que produjo en su momento el descubrimiento de la penicilina, la llegada del hombre a la Luna o la desintegración del átomo, los tres acontecimientos que dieron paso a la sociedad de nuestros días. Hasta entonces el conocimiento de las cosas se hallaba en las enciclopedias que nunca faltaban en los anaqueles donde existiera un mínimo de interés por el conocimiento. Los niños de aquel tiempo deseábamos ser mayores para acceder a esos libros donde conocer aquello que acuciaba nuestra curiosidad. De esas enciclopedias lo mismo que de los diccionarios ilustrados ya nadie o casi nadie se sirve. Internet cumple la misma función a pesar de las falacias que, al parecer, publica. La era digital no está pensada para las personas muy mayores y menos los anglicismos que van más allá del "on" y del "off". A veces es de pensar que con esto de la digitalización hemos complicado la vida más que aliviarla y que nuestra privacidad está sujeta a unas teclas. Sin embargo, es imposible sustraerse al vértigo de los avances técnicos y seguir su ritmo. Al llegar la televisión parecía algo mágico poder presenciar, por ejemplo, un partido de fútbol desde el propio domicilio. Y de esto hace ya bastante más de medio siglo. ¿Qué les espera a las generaciones venideras e incluso a la siguiente cuando el "5G" o el "3D" alcancen su pleno desarrollo?