Opinión
Por
  • MAR SÁNCHEZ RAMOS

La ambición

La ambición es definida por el diccionario de la RAE como el deseo intenso de conseguir poder, riqueza, fama o una cosa difícil de lograr por una persona, que actualmente no tiene.

Pese a que -a priori- no parece ser una palabra negativa, esta estigmatizada, porque suele en ocasiones ser confundida con la avaricia y con el egoísmo, que nada tienen que ver.

Además, presenta una doble cara, pues si falta, estamos ante un conformismo que difícilmente lleva a la evolución y el crecimiento, mientras, si sobra, quedamos al límite de la falta de escrúpulos o bien logramos aquello que nos proponemos a cualquier coste.

El mundo político que estamos viviendo nos muestra bien a las claras ejemplos de ella.

Es el de los diversos partidos actuales para firmar un gobierno de coalición, donde el líder de la formación morada -considerado cooperador preferente- por saltar más allá de su propia sombra y exigir descaradamente la vicepresidencia, puede conducir al país a unas nuevas elecciones, ya que el llamado a ser investido Presidente no contempla para nada esta posibilidad.

Y es que, además de la popular sentencia de "quien todo lo quiere, todo lo pierde", tal como dijo el famoso escrito en su día el famoso filósofo, escritor, orador y escritor romano Lucio Anneo Séneca "una ambición reaviva otra ambición".