Opinión
Por
  • JOSÉ MARÍA BORREL MARTÍNEZ

Querido veraneante

Querido veraneante: al volver un año más al pueblo quizás se ha llevado una sorpresa al comprobar lo que a veces ha oído sin darle mayor importancia. Este año hemos tenido muchas elecciones, y como nadie ha hablado nada del tema, intuía que no era tanto como dicen. Lo del deterioro de la sanidad pública debe ser cosa de las malas lenguas ya que ningún político ha prometido recuperarla. Pero ha llegado al pueblo y ve que las cosas cambian, quizás porque los tiempos lo exigen. Normal, pues hay que adaptarse a las nuevas tecnologías y nuevas formas de gestión. Y probablemente ha visto reducidos los días de consulta, o consultas anuladas, o menos personal que otros años. Y los ve corriendo de un sitio para otro, doblando cupos, o repetidamente de guardia, y sobre todo con las consultas llenas y tiempos de espera más largos de lo que esperaba.

Es entonces cuando echa la vista atrás, solo unos años, y se da cuenta de que, a pesar de algunas mejoras, el deterioro es real. Y surge la indignación. Las autoridades sanitarias le han vendido que estamos en el mejor sistema sanitario del mundo y que es el pilar fundamental de nuestro estado del bienestar, pero usted concluye que ya no, ni lo uno ni lo otro.

Este punto es peligroso, larga espera, los profesionales sanitarios agobiados, el personal administrativo también, la impotencia a flor de piel, y el estallido de rabia. Rabia ¿contra quién? Contra el que más cerca tiene, administrativo o sanitario. Contra el que está a pesar de todo, y en muchas ocasiones por encima de sus posibilidades, esforzándose en darle una atención sanitaria digna. No es buena decisión, no puede recriminarle nada, debe apoyarle, nos estamos quedando sin profesionales y el único apoyo lo tenemos en los pacientes, en nuestra relación médico-paciente. Quizás sea buen momento para pensar a quién hemos dado nuestro voto. Ahora recapacitamos que nadie habló de la sanidad en su campaña electoral, y nos damos cuenta que pasadas las elecciones nos dicen que sí, que están en ello, que son conscientes de que haría falta invertir más si hubiera un dinero, que no lo hay porque ellos lo primero que hacen al tomar posesión de sus cargos es "actualizar" sus retribuciones. Así es más probable que luego no llegue para todo... Estamos pues en que los sanitarios en zonas de gran afluencia turística estival están sobrepasados, se dice que porque no hay quien vaya a trabajar ahí, pero es por los contratos basura que se vienen ofertando desde hace muchos años. Usted no tiene por qué aguantar, pero por favor, pídale a la administrativa, al administrativo, la hoja de reclamaciones y ponga todo lo que tenga que poner, pero respete al trabajador. Si no cuida a los que cuidan de su salud mal iremos. Ya hay asociaciones de vecinos y ayuntamientos que están expresando su malestar. No son quejas de los sanitarios, comprueban ya en sus carnes que lo anunciado hace tantos años se está cumpliendo. Es hora de que trasladen sus quejas hacia arriba, en ocasiones a los dirigentes de sus propios partidos, que les digan el daño que este abandono supone para sus microeconomías. Que nadie se conforme si salva la temporada más o menos, que la crisis va para largo, para muy largo, porque no hay una planificación conjunta de la sanidad. Nuevamente nuestra salud es herramienta política de uso partidista. Y nosotros, profesionales y usuarios en medio, esperando recoger para el sistema las migajas que queden de su reparto.

Felices vacaciones veraneantes, y ánimo a todos los compañeros que están al pie del cañón, tanto en pueblos o ciudades como en hospitales y sus urgencias, en 061 y en definitiva en todos los puestos de trabajo del sistema sanitario.

JOSÉ MARÍA BORREL MARTÍNEZ

Médico de Familia. Centro de Salud de Ayerbe.

Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Huesca