Opinión
Por
  • ROGER IZOARD GERPE

Donald...

Porque incluir el apellido, Trump, da mal rollo, no te sientes bien, no es "amaizing" e incluso, es desagradable. El presidente de USA es un tipo peligroso, un descerebrado sin escrúpulos, con un nivel cultural y sociológico irrisorio, le da igual insultar a un líder africano que a una congresista norteamericana. La supremacía de la raza anglosajona es su dogma y el voto y la reelección su fin, sin importarle lo que se lleve por delante.

Realmente estamos ante un caso extremo, abrir el periódico y verle en un titular es equivalente a una sensación de desconfianza e inquietud, sin haber entrado en materia. De hecho, no hace falta: exabruptos a diestro y siniestro por la migración, el comercio, los aranceles, la diferencia, etcétera.

Y lo que me produce más desazón, es que hay millones de personas que le votan, que llenan sus mítines de charlatán que vocifera insultos y humillaciones a toda persona, institución o país, amparándose en la superioridad militar y económica de USA.

Pero es justamente esta superioridad material lo que hace que, para el resto del mundo, Donald sea solo eso, Donald, a secas. Porqué la riqueza cultural, la igualdad, la diversidad, el diálogo, el arte, los valores, el respeto, la evolución de las sociedades, en definitiva, hacia una integración global de seres iguales, con nuestras diferencias obvias, que las hay y las habrá, solo nos puede llevar a la conclusión que todos somos individual y colectivamente superiores a Trump y su ejército de "juventudes" hitlerianas "yankees" del siglo XXI.

Y él y sus seguidores lo saben, son conscientes de su insignificancia frente al resto del mundo. No lo dicen, pero nos tienen miedo, no escénico como el nuestro, el suyo es verdadero e in crescendo. Son una sociedad en decadencia, cuya aura de culpabilidad y vergüenza juzgará la historia.