Opinión
Por
  • PASCUAL ASCASO

Flaco favor se hacen y nos hacen

Aunque hagamos encaje de bolillos siempre hay algo que no nos escapa y nos cuadra ni alcanzamos a entender de los políticos. ¿Qué por que digo esto Pues porque no hace mucho que se publicó el valor patrimonial de muchos de los políticos de primera fila que tenemos, para saber con que empiezan y con que terminan al dejar su actividad política, y eran en la mayoría de los casos patrimonios bastante modestos. Hasta ahí todo correcto. Cuando viene lo que no cuadra es cuando te vas enterando de que alguno de ellos está buscando vivienda y decide quedarse con una alquilada por la que va a pagar 24.000 € mensuales más 4000 € de comunidad, es lo que leemos. Ese dineral solo por el refugio donde cobijarse. Sumen a ello, en la misma proporción, lo que conlleva los gastos propios de la manutención y la servidumbre y ya me dirán a cuanto ascenderá el presupuesto total mensual. ¿Verdad o no, es que estos gastos desorbitados no casan con el modesto patrimonio declarado cuando alcanzan el poder Por otra parte no sé si dice mucho en su favor, que recién llegado, como aquel que dice, maneje unas cantidades astronómicas para llevar el tren de vida como se publica, cuando la inmensa mayorías de los ciudadanos andan a pie y buscando el ahorro en esto y aquello para poder terminar el mes; los más afortunados con saldo favorable cero lo hacen o con un pequeño ahorro pensando en el futuro y otra inmensa mayoría no se libran de hacerlo en números rojos.

Proclamar esa vida de derroche y opulencia a los cuatro vientos es una provocación y una ofensa para los demás y mucho peor cuando los que lo hacen tendrían que dar ejemplo de moderación si quieren ser creídos por quienes les escuchan, que cada vez son menos, y por los que hacen oídos sordos a quienes van como potentados por la vida haciendo pequeños a los demás y tratando de humillarlos.

Como todo no nos cuadra, tendremos que pensar que si lo del tren de vida es verdad, lo del patrimonio habrá sido una trola, y si lo del patrimonio es cierto, la vida como un maharajá es un embuste. En cualquier caso, proclamar ese derroche -real o ficticio- es una provocación intolerable. Justo será si a quienes así actúan les pasa factura las urnas.

Hay que predicar con el ejemplo y no con la palabra si uno quiere ser respetado.