Opinión
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  • PASCUAL ASCASO

Huesca la ciudad del garabato

En todas partes cuecen habas pero en Huesca a calderadas en cuanto a pintadas se refiere. Por donde quiera que uno va podrá observar en fachadas, puertas, cristaleras, farolas, contenedores, mobiliario urbano, etc. los mil garabatos feos y de mal gusto que uno se pueda imaginar. En los propios muros de contención del mismo cauce canalizado del Isuela no cabe una pintada más, todas ellas chabacanas, soeces y sucias. Ese era un espacio que de haberse dirigido artísticamente desde el punto de vista grafiti gustaría contemplarlo y se habría dado opción a aquellos artistas con ideas interesantes para expresar lo que sienten dando rienda suelta a su estilo creativo. Se hubiera podido matar dos pájaros de un tiro. Por un lado facilitar espacio para que pudieran expresar su creatividad aquellos que lo desearan y por otro dejar a ese lugar bonito con ganas de observarlo.

No hace mucho que a unos imprudentes se les ocurrió hacer pintadas en el Castillo de Montearagón. Como era un monumento histórico artístico se pusieron manos a la obra para tratar de encontrar a los culpables. Dieron con ellos, les leyeron la cartilla y les hicieron saber la pena que eso conllevaba. De ser menores, sus padres responsables. Me parece muy bien. Lo que no me parece bien es que no se haga lo propio cuando las pintadas aparecen en todos los demás lugares, causando daño en los inmuebles y mobiliario urbano y degradando y afeando la ciudad.

Parece no importar que cada uno haga de su capa un sayo y se le permita hacer lo que no debe y donde le da la gana como si eso formara parte de la libertad, cuando la libertad mal entendida no es libertad sino libertinaje y por lo tanto no se debe permitir. Sabemos que es cuestión de educación pero mientras esta llega algo habrá que hacer, digo yo. El grafiti, entiendo, debe hacerse exclusivamente en zonas autorizadas para ello y realizado por entendidos y nunca por degradadores del medio.

¿No estaría Huesca mucho más bonita sin todos esos garabatos ¿Verdad que sí Pues no permitamos que lo que está ocurriendo ocurra.