Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Otra edad dorada del ciclismo altoaragonés

Es Huesca una provincia muy dada a la generación de excelentes ciclistas, muchos en la modalidad de carretera, otros sobresalientes en las variantes más en contacto con la naturaleza por caminos o escenarios abruptos. Ha vivido nuestra tierra grandes hazañas en la denominada "serpiente multicolor", las más vibrantes las que protagonizara Fernando Escartín, cuya figura fue una bendición para nuestro orgullo e identidad en su época en activo como ciclista y, posteriormente, para la contribución al desarrollo de este magnífico deporte en pruebas como la Quebrantahuesos que concitan la presencia y la admiración de muchos practicantes de medio mundo.

Si en la época en la que el biesquense luchaba contra el gran referente Indurain y era capaz de abrazar dos podios en la Vuelta Ciclista a España y otro en el Tour de Francia nuestra admiración era máxima, ahora el pelotón profesional alberga nada menos que a cuatro talentosos ciclistas de los que tres van a participar en la ronda española, la mayor representación que se recuerde de nuestra provincia en una de las grandes citas por etapas del mundo. Que Arcas, Barceló y Samitier tomen la salida con la ilusión de conquistar hitos históricos y de coadyuvar al éxito de sus equipos es toda una metáfora de la relevancia de mejorar individualmente para optimizar el rendimiento del conjunto. Y permite poner en su justa dimensión los maravillosos valores del deporte de las ruedas, en el que el pedaleo particular exige planificación, trabajo y sacrificio que poner al servicio de la estrategia del colectivo y, por supuesto, del prestigio de un deporte que ha padecido episodios desafortunados que no autorizan la injusticia de la generalización. Tres jóvenes que nos van a desvelar en la sobremesa porque, seguro, llevan en el manillar muchas alegrías.