Opinión
Por
  • MAR RAMOS NAVARRO

Ladridos perrunos

Las mascotas ocupan hoy día un lugar importante en nuestra sociedad y, especialmente, los perros.

Ahora bien, así como a veces sus dueños se encargan de adiestrarlos adecuadamente, en otras no, siendo fuente de conflictos.

Porque, con sus molestos ladridos -incluso a horas intempestivas- acaban con las posibilidades de descanso de muchos vecinos.

Serio inconveniente el que provocan, en efecto y centrándonos solo en su contaminación acústica, como cuando los niños juegan a la pelota en zonas comunes, el mal uso del ascensor, la música alta, las barbacoas en terrazas, salidas de aires acondicionados, o los pestilentes olores destilados por algunas cocinas.

Cierto es que por quedarse solos muchas horas en las viviendas muchas veces tienen miedo y les da por ladrar traspasando los límites permitidos de ruido establecidos, pero solo son sus propietarios los que tienen la responsabilidad de que no lo hagan, so pena de ser denunciados.

Y es que, aparte de que el derecho a tenerlos tiene que hacerse compatible con el derecho al descanso del vecindario -para proteger así nuestra salud- se debe de exigir siempre el estricto cumplimiento del Código Civil y Ordenanzas Municipales, que regulan los inoportunos Ladridos perrunos que tantos nervios, tensión, y angustia generan entre los convecinos.