Opinión
Por
  • JUAN JOSÉ MAIRAL HERREROS

¡Pero qué nos está pasando!

Se inicia el telediario en cualquier cadena y las noticias me las han cambiado, todo son noticias sobre violaciones en grupo, agresiones sexuales en manada, asesinatos u homicidios de violencia machista, desapariciones de mujeres sin pistas, altercados callejeros y peleas subidas de tono y con armas en torno a nuestras calles y ciudades más visitadas, inmigrantes en pateras y en barcos de ONGs llegando a nuestras costas o dejando su vida en el mar Mediterráneo.

Salgo a la calle, decenas de comercios cerrados, el paro en aumento y las contrataciones en precario mes a mes, cierre de tiendas y comercios y muchos carteles de "se alquila", "se traspasa" o "se vende", quizás demasiados.

Cojo la prensa deportiva y me asombra y me asusta las cifras mareantes de cientos de millones que escandalizan, que hacen dudar de lo que llaman crisis económica en lo mortales de a pie, como si a este ámbito la crisis no le hubiera llegado o tocado.

Voy de vacaciones y veo a los manteros invadiendo las aceras de muchas calles de nuestras ciudades más costeras y visitadas y a los comerciantes protestando por la competencia desleal, el posible cierre de sus establecimientos por falta de ventas y la falta de pago de impuestos por parte de esta nueva moda callejera ya establecida hace unos años en nuestras calles y plazas. Salgo de noche y veo cada fin de semana, uno tras otro, y a veces en días laborables, a muchos de nuestros jóvenes con la bolsa de botellón en sus manos para beber y divertirse, para abrirse y relacionarse a través del alcohol como fuente o terapia de grupo, bebiendo más de la cuenta sin límites y ante la tolerancia y el buen ver de una sociedad actual que no actúa en este ámbito y permite hacerlo sin límites ni presiones u ordenanzas.

Ojeo la política internacional y nacional y me asombra que países gobernados por "personas" cuyo nivel humano y actitud personal y social es bastante pobre y básica sean seguidos por millones de followers o seguidores. Me acuesto y recuerdo que quizás, en un futuro no muy lejano, a esos inmigrantes que ahora denostamos, en un futuro, los llamaremos para que vengan a regenerar nuestra sociedad a nivel de nacimientos y de aumento de población y mano de obra.

¿Pero que nos está pasando? Me duermo, pero me despierto, muchos problemas y pocas soluciones.