Opinión
Por
  • IGNACIO BRAU PERALTA

La responsabilidad como orgullo

Cuando alguien recibe como nombre Martín no cabe si no esperar una personalidad fuerte, directa, sin demasiados ambages que alteren sus caminos siempre directos , eso conlleva un esfuerzo arduo en la construcción de cimientos fuertes basados en la persistencia, la sabiduría, la determinación y la solidaridad; todas ellas virtudes que loan la enorme figura de un animal venerado en muchas partes del mundo como el elefante, y es que cualquiera no merece honrar a tan adorable paquidermo.

En determinadas circunstancias además esa responsabilidad se ve aumentada por el orgullo de convertirse en hermano mayor, como si no fuera suficiente vivir en este salvaje mundo añadiéndose una tarea complementaria, convertirse de forma natural en referente de alguien que comparte genes y esencia con uno mismo.

Por si no fuera poco si tu futura hermana será llamada Sonia, que significa "mujer de oro", jalonadas siempre con personalidades empáticas, serviciales, observadoras, intuitivas, cariñosas, generosas sin ningún atisbo de egoísmo , te va elevando el listón de la más dura de las exigencias, la propia, con el fin de lograr estar a la altura de tan magna compañera de viaje.

Y si, para rematar, ese nombre se pone en homenaje a una de esas personas que marcan una vida por su ejemplo constante de bondad, respeto, mirada limpia y cristalina ante las cosas, con una presencia continua en forma no física, casi no quedaría más que encomendarse a los dioses para poder ni siquiera acercarse a cumplir un reto tan mayestático quizá fuera del alcance del limitado ser humano.

Todo eso y más te va a convertirse en tu reto, Martín, empujado claro con amor, ilusión y pasión por todos aquellos implicados en la formación de la personalidad que poco a poco va aflorando, para que trabajes en una sociedad más justa e igualitaria donde tu hermana no sufra discriminación de ningún tipo, para que puedas sentir esa responsabilidad como un orgullo.