Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Holanda, Alemania y España

A partir del 2020 Holanda dejará de ser Holanda y sólo será Países Bajos. Al Gobierno y a los empresarios no les gusta que su país se llame Holanda porque el nombre está asociado al barrio rojo de Amsterdam o al consumo de estupefacientes en los "coffee shops" de la capital. A mí no me gusta el nombre de Países Bajos, recuerda a partes bajas o países inferiores. Algo así podría haber sucedido en nuestro país si se hubiese llamado "Piel de toro", por ejemplo, porque se asociaría a las corridas de toros, y en ese caso mejor se habría cambiado por el nombre que tiene, España. Los cambios en los países se suceden al principio de año igual que los precios, la subida de impuestos y los propósitos de las personas. En Alemania se ha creado el debate entre Gobierno y ciudadanos de poner o no un límite a la velocidad en las autopistas. Sólo un 31% de la población está conforme con la normativa actual de no haber límite, un 40% está de acuerdo con un límite de 130 kilómetros por hora, un 11% lo dejaría en 120 km hora. Si sucede como en España, da igual que el Gobierno alemán imponga un límite de 130 o 120 kilómetros hora en autopistas o autovías. En nuestras carreteras cada uno circula a la velocidad que le da la gana y en las autopistas nadie va a 120 km hora, sino a partir de 140 km hora. Si mantienes la velocidad máxima permitida de 120 km hora te pasa hasta el tato. Más complicado es el asunto planteado por el Ayuntamiento de León, que en el pleno del último viernes del año aprobó pedir la independencia de Castilla con los votos de PSOE, UPL y Unidas Podemos-Equo. PP y Ciudadanos votaron en contra. Me extraña que alguien del PSOE pida la independencia de una provincia cuando el partido no está oficialmente de acuerdo con dividir España. La provincia de León la forman León, Zamora y Salamanca. Estaría bien un país llamado León, pero no se dará el caso. Si se aceptaran todas las pretensiones de independencia, de España desaparecerían Galicia, el País Vasco, Cataluña, Navarra y León. A la vez que se expresan estos sentimientos regionales, el Tribunal Constitucional anula parte de la Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón, aprobada en las Cortes aragonesas hace un año por iniciativa de CHA y recurrida por el PP. Es decir, no somos una nacionalidad histórica de naturaleza foral como Euskadi o Navarra. No somos nada, en resumen. ¿Y si cambiamos el nombre de Aragón por Nadagón?