Opinión
Por
  • ANTONIO LASHERAS

Cansados de luchar hasta la extenuación

En los años 90 del pasado siglo tuvimos la oportunidad de ver una película que se titulaba, "Danzad, danzad, malditos".

Una película que nos descubre la vida de los campos de concentración en relación a los trabajos infrahumanos que tenían que soportar los concentrados. Después de ochenta años transcurridos desde la segunda guerra mundial, el contribuyente aragonés se encuentra en esa definición. "Danzad, malditos, danzad".

Danzad para seguir pagando, pero no dejéis de danzar, la gallina de los huevos de oro no puede morir, ha de seguir creando riqueza para todo el gallinero. Pero, ¿cuántas gallinas del gallinero ponen huevos? Y, ¿cuántas ovejas comen sin criar corderos? Ya lo dice el Evangelio cuando se refiere a la vid, el sarmiento que no da fruto se corta y se quema. Aquí no se trata de quemar a nadie. De lo que se trata es, si hay que danzar, danzamos todos y todos aportando según las posibilidades de cada uno, tanto físicas como económicas. Lo que no es de recibo es un 25% danzando y un 75% chupando como el sarmiento que no da fruto y se arroja al fuego.

Hace unos días me decía un amigo, en España desde Fernando VII, se sigue robando y aún seguimos en pie.

¿Alguien se ha preguntado qué sería de España si todo el gallinero pusiera huevos y si todas las ovejas del corral criaran cordero? Si así fuera no tendríamos deuda pública. No tendríamos déficit en las pensiones y no estarían detrás de unos pocos con el látigo para decirles. "Danzad, malditos, danzad".

Todas las comunidades están quitando el impuesto de Transmisiones y Donaciones. Pero los aragoneses, siendo fieles a nuestra tozudez, seguimos en lo más alto de los impuestos.

Así no crece ni una nación ni una región. Machacar a unos para dar prebendas a otros, esto ya no cuela.

Esta es la historia reciente, para descubrir que el pasado guarda muchas similitudes con la actualidad. "Danzad, malditos, danzad".