Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO

La horticultura ecológica

Los abonos y pesticidas han irrumpido en la horticultura para mejorar la producción con los primeros y el control de plagas con los segundos. El resultado es un aumento de las cosechas y menos horas para acabar con las malas hierbas. Pero en lo que respecta a la calidad, se ha bajado mucho. El sabor de las hortalizas no es aquel que tenían nuestros abuelos en sus huertos. Hoy se está fomentando mucho la agricultura ecológica. Lleva consigo mucha mano de obra y sustituye los abonos químicos por estiércol. En lo que respecta a productos para tratar plagas, se utilizan sulfatos exclusivamente dedicados a las prácticas ecológicas. Para el fortalecimiento de las plantas se emplean tratamientos con sustitutos de plantas como es la mezcla de cola de caballo con chordiga. Las malas hierbas se combaten a base de jadico, lo que hace que se empleen muchas horas para impedir su procreación. Todo esto lleva consigo que los precios sean más elevados y la gente en España no consuma muchos productos ecológicos. Su calidad es incomparable para el paladar, ya que en su elaboración no se emplean productos químicos altamente concentrados ni abonos.

Para que la horticultura ecológica se asiente y sus precios sean más asequibles harían falta ayudas directas por hectárea que pudieran contrarrestar el precio final. Necesitamos para ello tres organismos de financiación: La UE, el Estado y las comunidades autónomas. Entre los tres se podría llevar a cabo un copago que permitiera abaratar el precio, y los ciudadanos se lanzarían a consumirlo por su alta calidad.

Con todo esto lograríamos crear empleo en el campo y vender productos como los que existían antes de la revolución agrícola.