Opinión
Por
  • ANTONIO GIMÉNEZ

Dificultades para la ganadería en Hoz de Jaca (y 2)

Hace ya unos años, una corriente política que llegó por el valle intentó acabar con los ganaderos, en algún pueblo lo consiguió, en otros poco ha quedado y ahora le toca a este.

Esta carta va a levantar muchas ampollas, pero ya que a toda costa me quieren cerrar la granja, y acabar con los más de treinta años de mi trabajo, yo no me quedo callado. Ya he tenido amenazas y otra gente está denunciada porque me intentaron pegar en un campo al que iba a llevar mis vacas.

Hace ya más de un año hubo animales que murieron en la granja envenenados. Este invierno pasado me faltaron animales en la granja, aprovechando que yo estaba ingresado. Este verano fue robado en menos de dos horas material que me habían traído para hacer reformas en mi nave.

Bueno, ya sólo falta que me denuncien por violencia de género, ya que, sabiendo que estaba en el hospital, en lugar de avisar dónde estaban mis vacas perdidas, el ayuntamiento llamó a la DGA diciendo que abandonaba mi ganado y me denunciarían por maltrato animal.

Sí tengo que agradecer al Grupo Aramón que en todo momento colaboró en ayudar a la gente que necesité. Alguien se dedicó a publicar fotos del interior de mi nave en Facebook. Cuando un ganadero con cierto prestigio en Aragón le tiró de las orejas, quitó dichas fotos, no sin que antes algunos vecinos y allegados al pueblo le dieran al me gusta y comentaran.

Hay ya antecedentes de sanciones de hasta 100.000 euros por publicar fotos del interior de las naves sin contar con el dueño.

Es el primer ayuntamiento que saca una ordenanza para sancionar a los ganaderos por tener los animales ocupando vías públicas para que no entorpezcan a los turistas. Pero nada dice a la gente que constantemente con pastores eléctricos cierra pistas, sólo a mí si se escapan las vacas. Igual son esos "turistas" los que tendrían que ir con arnés y bozal. Como dice el refrán, de fuera vendrán que de casa te sacarán.

Turistas que son los que, gracias a la fuerza del trabajo de sus padres para que estudiaran y vivieran en la ciudad, ahora vuelven a su pueblo natal a tratar de incultos a los que estudiamos fuera y en su día decidimos regresar y cuidar el pueblo. Vienen a sacar tajada de los campos que con mucho esfuerzo consiguieron sus padres, a veces hasta entre hermanos se pegan, y nosotros en alguna ocasión ayudábamos a sus antecesores.