Opinión
Por
  • JAVIER ÚBEDA IBÁÑEZ

Los hijos no son "propiedad" ni de los padres ni del Estado

Ningún hijo es "propiedad" de los padres; se pertenece a sí mismo y, en última instancia, al Creador. Por tanto, no tenemos ningún derecho a hacerlos a "nuestra imagen y semejanza". Nuestra tarea consiste en "desaparecer" en beneficio del ser querido, poniéndonos plenamente a su servicio para que puedan alcanzar la plenitud que a cada uno le corresponde: ¡la suya!, única e irrepetible.

Por consiguiente, el padre o la madre, los demás parientes, los maestros y profesores... pueden considerarse colaboradores del Creador en el crecimiento humano y espiritual del chico; pero es este el auténtico protagonista de tal mejora.

Los hijos no son propiedad de nadie, ni de la familia, ni de la escuela, ni del Estado. Pero todos, especialmente en casa, estamos llamados a ayudar a los niños y adolescentes a crecer en su vida como buenos ciudadanos y como hombres de bien. Esa es la misión que reciben los padres cuando inicia el embarazo de cada niño. Quienes hemos tenido la dicha de tener unos padres que nos han ayudado a respetar a los demás, a amar a Dios y a vivir de un modo honesto y justo, nunca seremos capaces de darles las gracias como se merecen. Quienes no han tenido esta dicha... pueden, al menos, preguntar cómo se puede enseñar a los hijos a ser, de verdad, buenos, no solo en la formación científica, sino en los principios éticos más elevados.

Ni pin ni imposición del Estado. Tanto el Gobierno como la ministra Celáa ignoran las sentencias del Tribunal Supremo de fecha 11 de febrero de 2009.

Lo cierto es que los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos, porque son los únicos titulares del derecho a la educación de los hijos menores de edad. Solo pueden ser privados total o parcialmente de su potestad por sentencia por incumplimiento de sus deberes como padres o dictada en causa criminal o matrimonial. Los padres (o los tutores) son los únicos titulares de la patria potestad y a ella están sometidos los hijos menores no emancipados. Y esa es la cuestión y eso es lo que hay que defender.