Opinión
Por
  • ANTONIO NADAL PERÍA

Fin de semana

Sospecho que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se llevaría a la finca estatal de Quintos de Mora, en Toledo, la preocupación de lo poco que convenció su propuesta para compensar con diversas medidas la devolución del IVA de 2017 a las Comunidades. Una preocupación de 2.500 millones de euros que pretende escamotear a los gobiernos autonomistas y que a Aragón le supone 80 millones. No es una preocupación menor, demasiada preocupación para un "finde" relajado, ni para ella ni para los presidentes de las Comunidades. Los partidos de la oposición en las Cortes aragonesas (PP, Ciudadanos y VOX) han exigido valentía a Lambán para reclamar el pago del IVA en los tribunales, tal y como prometió. Le exigen lo que ellos, en su lugar, no harían, que es nada menos que denunciar a su propio partido por incumplimiento de ley. Lambán, tras la reunión con la ministra de Hacienda, dijo que se replanteaba exigir en los tribunales los 80 millones del IVA de 2017. Ya se le acusa de dejación de funciones, pero ¿qué líder del partido que sea tiraría piedras contra su propio partido Estoy seguro de que ni PP, ni Ciudadanos ni PP lo harían si a continuación no dimitía. El presidente de Cantabria ha calificado la propuesta de la ministra de Hacienda de "broma", pero no parece que dicha señora guste bromear en cuestiones dinerarias; todo lo contrario, aparenta mucha seriedad y convencimiento de lo que hace. La cosa es que el "finde" se les ha amargado a los presidentes de las comunidades que no son del PSOE. Son los socialistas quienes han de tragar sin rechistar con la decisión de la ministra aunque les duela el bolsillo. Un fin de semana de trabajo y convivencia de los ministros, entre otras razones para que se conozcan entre ellos, apartados de la presión mediática, era sobre el papel una buena decisión que a mí me recuerda a los ejercicios espirituales que organizaba mi colegio de curas una vez al año en una finca apartada. De esas reuniones salía uno cambiado, feliz y muy dispuesto al bien, aunque luego los propósitos se olvidaban de vuelta a la cruda realidad. Fines de semana entre familiares o amigos en fincas rurales es una práctica de moda, más asequible que un hotel. Existen unas 15.000 plazas entre las 1.500 casas de turismo rural en nuestra Comunidad y en diciembre pasado se ocuparon el 95% para celebrar entre amigos la despedida del año.