Opinión
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  • DIARIO DEL ALTOARAGÓN

La cohesión territorial

U NA DE LAS grandes asignaturas pendientes en nuestra democracia es la cohesión territorial. No es sencillo el equilibrio que la asimetría consagrada por el posibilismo de la transición pone en dificultad pese al principio constitucional de la igualdad de oportunidades entre los españoles. Muy probablemente, la causa estribe en la permanente carrera desbocada de algunas de las comunidades autónomas por huir de cualquier equiparación desde las que se pusieron en marcha con el mecanismo más lento, modesto y humilde. Cual si fuera una competición de caballos, cada vez que uno viene desde atrás el de delante busca establecer nuevamente las mismas distancias.

La cohesión no se circunscribe exclusivamente a los aspectos competenciales, aunque también influye. En la complejidad de la articulación de mayorías suficientes para la gobernación, el tira y afloja favorece las tensiones y desgraciadamente perjudica a los territorios cuyos sufragios en las cámaras no son tan decisivos como otros cuya vocación de permanencia en el proyecto de Estado no es tan arraigada. Ayer, el presidente Lambán defendía la vertebración y aseguraba que pasa por una mayor financiación, en una intervención en la que reveló que ha iniciado la reclamación judicial de la deuda del IVA de 2017. Aunque la afirmación es parcialmente irreprochable, el dinero de las arcas del Estado (entendido como el conjunto de administraciones) no es flexible y, por tanto, la cohesión reclama en puridad una redistribución entre las comunidades más favorecidas en su desarrollo y aquellas que tienen más necesidades. Si Cataluña o Euskadi obtienen más consignaciones de los presupuestos generales, difícilmente el cómputo del resto puede ser el mismo. Dos y dos son cuatro.