Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO (ANGÜÉS)

La abstención electoral

Cada día que pasa vemos en las elecciones cómo van menos ciudadanos a votar. Los españoles no están de acuerdo con el camino que lleva el estado social y democrático de derecho. La sociedad del bienestar se ha acabado en España. Y el dinero de bolsillo de los españoles no les da para vivir dignamente. Pensemos solo en los datos que nos llevan a decir que un 30 % de la población vive bajo el umbral de la pobreza. Estos seres humanos son el fruto del fantasma del paro, que los ha dejado sumidos en una situación en la que, si no fuera por los bancos de alimentos y Cáritas, estarían pasando hambre. Este dato es muy trágico y nos encontramos con la proliferación de grandes fortunas mientras el resto del pueblo las pasa canutas.

Por otro lado están las personas con empleo, pero que debido a los salarios precarios y las hipotecas o alquileres ven los finales de mes cuesta arriba porque no llegan a pagar todos los gastos. En este colectivo, me atrevería a decir que se encuentra metida un 50 % de la población de nuestro país.

En esta distribución, nos quedaría otro 12 % de clase media que vive con holgura, pero también sin echar campanas al vuelo. Controlan bien sus gastos sin tirar un euro al suelo.

Para finalizar, hay un 8 % de clase alta que cada día es más rica y vive a todo lujo. Cuanto más gastan, más ganan.

Con este panorama podemos afirmar que existe un desengaño generalizado con los políticos y su forma de gobernar. Salen escándalos de corrupción de millones y millones de euros, y eso al que se ve negro para vivir le salpica mucho en su dignidad. Me atrevo a afirmar que si todos tuvieran dinero suficiente se le restaría importancia a estos casos, pero cuando uno lo pasa mal y ve estas atrocidades quema mucho.

Esperemos que poco a poco la situación se arregle; hemos tocado suelo y esto tiene que repuntar. Para ello los empresarios deben crear empleo con el apoyo de la banca. Además, los primeros han de ser espléndidos pagando sueldos dignos y no pensar en enriquecerse mientras sus operarios no pueden ni respirar. El gobierno debe fijar un salario mínimo más alto, ya que nos estamos equiparando a Europa en cuestión de precios e impuestos, pero los salarios siguen congelados.

Hasta que no se den estas soluciones la abstención en las elecciones será cada vez más alta y más lógica, porque para qué votar si luego hacen lo que quieren y el rico cada día es más rico, mientras que el pobre cada día es más pobre.