Opinión
Por
  • Jimena Sánchez Calderón

Finlandés

En un mundo globalizado como el que vivimos, pocas personas dudan a ciencia cierta de la importancia que tiene la educación financiera.

Porque, si algo han sacado en claro muchas familias de estos años pasados de crisis y apuros económicos, es que dominar o, al menos, saber manejar las claves de ella, ayudan enormemente a capear el temporal cuando este llega.

Así, tener claras las metas, ser consciente de los ingresos y gastos, aprender a hacer presupuestos y luego cumplirlos, informarse debidamente antes de invertir, estar enterado del tema fiscal y de si existen ayudas, así como conocer al detalle los posibles riesgos -entre otros- son algunas de los objetivos principales a tener en cuenta.

Por eso, la noticia facilitada por la primera ministra del país finlandés de que van a enseñar esa importante materia al personal para atajar el creciente endeudamiento de los hogares finlandeses, ha sido muy bien acogida por aquellos lares.

Y es que más de uno opina -no sin razón- que bien podría ponerse de moda esta medida y extenderse al resto de las naciones pero, en lugar de empezar por educar a la ciudadanía, mucho mejor aún sería que empezasen por instruir a la clase política.