Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO (ANGÜÉS)

El abandono de animales

Nuestras mascotas son la gracia de nuestra casa. Entre las más comunes destacamos a los perros, los gatos y los pájaros. Alegran la vida de mayores y pequeños. Su sentido de fidelidad resulta intachable. Nos quieren como al querer de la vida. Su nobleza y cariño hacen destacar sus dotes de lealtad. Tenemos que ser conscientes de todo esto y jamás abandonarlos.

Pero por desgracia, hay personas desaprensivas que, cuando se van de vacaciones, los dejan tirados fuera de casa; no tienen conciencia de todo lo que nos han aportado. Existen otras soluciones que no sean el abandono. Los podemos dejar con los vecinos o familiares. También cabe la posibilidad de refugiarlos en protectoras de animales o residencias para ellos. El caso es ser humanos y no dessampararlos en las calles para que pasen hambre y frío; no se lo merecen.

Lo triste de la situación consiste en que no esté tipificado en el código penal como delito ni como falta. Parece ser que se está legislando para implantar una falta que conlleva a una multa por abandono. Desde mi punto de vista eso es poco para una circunstancia que se puede evitar. Se debería incluir esta conducta como delito, obligando a los causantes de esta atrocidad a dormir en la cárcel un año, aplicando el tercer grado. Para muchos, pagar una multa no supone ningún perjuicio porque son personas pudientes. Con el tercer grado, los infractores tendrán miedo y evitarán dejar abandonados a los animales a la aventura. Está visto que en este país, si no existen medidas duras, la población hace lo que quiere con la punibilidad light.

Esperemos que los legisladores opten por esta tipificación y no vuelvan a ocurrir casos de estos, que son vergonzosos para el sentido ético de un país.