Primera impresión
Lo que se denomina popularmente como primera impresión respecto a la persona que tenemos enfrente -conforme a la opinión de expertos psicólogos- en la mayoría de los casos esta fehacientemente demostrada que suele resultar engañosa.
Porque esa especie de fotografía exprés hecha solo durante varios minutos a un perfecto desconocido y basada en el análisis fulgurante de como viste, habla, actúa y la expresividad de su rostro, no es suficiente para tener una conclusión clara y rotunda de quién tenemos delante.
Añaden además que, lo único que puede detectarse -como mucho- en ese breve espacio de tiempo son los indicios de seguridad o inseguridad en sí mismo, el nivel cultural y social así como la extroversión o introversión.
Aparcando estereotipos fundados en experiencias personales que pueden consistir en prejuicios por creencias individuales que tiene cada uno sobre lo que ha vivido hasta ese momento, la frase proverbial que reza "las apariencias engañan" advierte no fijarse en la apreciación externa o empaque sino en la interior -que requiere tiempo y energía- y que es la pura y cruda realidad.