Opinión
Por
  • JESÚS MARTÍNEZ MADRID

Lo peor está por llegar

El problema de cualquier decisión legislativa que atente contra el derecho a la vida sobre la base de una malinterpretada libertad de elección, caso de la ley sobre eutanasia que quiere imponer el actual Gobierno, es que nos sitúa a todos en pendientes deslizantes en las que resulta muy difícil frenar cuando se acumula el impulso de anteriores medidas. Se empieza por admitir la eutanasia para determinadas personas en determinados casos, se amplía el rango de sujetos del supuesto derecho, como los menores, y se acaba por abandonar el requisito que en principio sustentaba la petición: el de una enfermedad terminal en su última fase.

Pero la pastilla para quienes están cansados de vivir es solo un síntoma de un diagnóstico mucho más grave y con una cura mucho más compleja. Si estamos cansados de vivir en la época de la historia en la que la humanidad disfruta de más comodidades, se multiplica nuestro conocimiento, la medicina nos vuelve más longevos y con mejor calidad de vida, es que hemos perdido esa trascendencia que daba sentido a nuestro devenir aun cuando el futuro era mucho menos halagüeño. Y aquí en España acabamos de vislumbrar la punta del iceberg en forma de proyecto de ley de la eutanasia. Lo peor está por llegar.