Opinión
Por
  • RAMÓN RALLUY

El orgullo de los grandes

El poderoso mundo del dinero se ve empequeñecido ante la sorpresa mundial, de la aparición de un diminuto ser de apenas 0,3 micras que está invadiendo el mundo.

Este maligno huésped está convulsionando, a la par de su difícil control, las economías de los principales países mundiales. Quizá este inesperado revés haga recapacitar al mundo gobernante para darse cuenta de que las ingentes cantidades de dinero gastados en maquinaria bélica para una cuestionada defensa, no sirve para nada, pues un ínfimo y microscópico ser, puede provocar el caos si no se le pone freno.

Hay que pensar que el ego y el orgullo desmesurado de ciertos hombres poderosos, que hemos visto minimizar el cambio climático cuestionando a los científicos expertos, alertando de lo que a grandes luces estaba viendo todo el mundo, ahora recapaciten y pongan en sus manos la confianza necesaria ante tan desconcertante pandemia vírica aún sin determinar su origen y causa.

Hay que mentalizarse en positivo y pensar que la ciencia ganará la batalla al coronavirus, pero no habrá que bajar la guardia, porque puede haber llegado para quedarse y también tener el efecto llamada, a otros huéspedes invasores cada vez más inesperados y virulentos.