Opinión
Por
  • DIEGO SÁNCHEZ BOLSA

Investigación Científica

Desde la aparición a finales del año anterior del Covid-19 que afecta ya a más de 140 países, numerosas compañías farmacéuticas han movilizado a sus equipos de investigación para la búsqueda de un posible tratamiento que pueda contener esta epidemia, a la mayor rapidez posible.

Ha quedado expuesta sobre la mesa una vez más, la falacia -es decir, el razonamiento erróneo pero que pretende ser persuasivo o convincente- de quienes estiman que el presupuesto dedicado a la investigación científica no debe de "sonar" a despilfarro sino generar un beneficio económico inmediato.

Ignoran por completo -quizá- que, aparte de ser fundamental invertir en ese capítulo hoy día, su funcionamiento es diametralmente opuesto al de una empresa al uso, ya que ese importante sector por regla general requiere, primero, de ingentes sumas de dinero, y segundo, de un largo espacio de tiempo.

Y es que, si no hubiera sido por el extraordinario avance que nos ha reportado a lo largo de la historia, el ser humano bien podría estar aún morando en el interior de las cavernas.