Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Sufrimiento y superación

Es quizás uno de los ejemplos más preclaros de la ilimitación de las capacidades de las personas. Helen Keller, la primera persona sordociega en conseguir un título universitario, dejó escrito que, aunque el mundo está lleno de sufrimiento, también está lleno de superación. En el estado de ansiedad en el que nos hallamos, cercados por un lado por el avance de la pandemia y por otro por el de la "infodemia" (el acrónimo que refleja la destrucción a través de una saturación o de una insuficiencia de información), un día como el de ayer es un revés que afecta al estado de ánimo de una población confinada que ni siquiera en la climatología encuentra un resquicio por donde salga el sol para alumbrar la esperanza. Fue la jornada en la que se multiplicaron las muertes por el coronavirus en nuestra provincia y la que volvió a repuntar a nivel nacional el guarismo de contagios y de óbitos.

Y, sin embargo, hoy amanece y nos obliga a arraigar fuerte nuestro espíritu mientras se acerca la fatídica hora del mediodía, cuando saltan las alarmas y pronto irrumpirán las noticias más ilusionantes, y luego llegan las 20 horas para enorgullecernos de nuestros profesionales, esos sanitarios a 24 horas y esos otros oficios que también son héroes anónimos, desde los farmacéuticos a los trabajadores de supermercados, desde las fuerzas del orden público al personal de limpieza, desde los gasolineros a esos dj"s que elevan el ánimo de ese salón social en el que se han convertido los balcones. Cada día, es un afán, como decía la santa, y hemos de hacer de cada jornada un fortín desde el que resistir para acabar contraatacando frente a un enemigo cruel y silencioso, que nos está clavando la hoja afilada del sufrimiento y, a la vez, está demostrando que nuestras dosis de superación son inagotables.

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