Opinión
Por
  • ANTONIO VALDÉS PALACIO

El coronavirus y los enfermos mentales

Nuestro presidente del Gobierno, el señor Pedro Sánchez, tenía mucha hambre de llegar al poder fuera como fuera y al final lo ha conseguido haciendo alianza con partidos de ideologías poco democráticas y utópicas. Vamos, que desde mi punto de vista, hubiera pactado con el diablo para llegar a la Moncloa por sus afanes napoleónicos de poder. Ha hecho muchos viajes cuando su obligación era estar en España cuando saltó la alarma del coronavirus, ser previsor en acondicionar toda la infraestructura hospitalaria necesaria con la que se venía encima y haber decretado el estado de alarma antes. Todo el caos, sufrimientos y muertes que está produciendo esta pandemia son en parte por una dejación de funciones sin precedentes en la historia de la democracia.

Que Dios les pille confesados. Yo como enfermo mental que soy junto con 400.000 seres humanos más en España creo que el gobierno debe sacar una normativa explícita para nosotros que somos muy vulnerables. Si nos quedamos sin actividad y hacinados en las casas acabaremos en otro desastre sanitario que será el colapso en las plantas de agudos. Esta situación actual supone para nosotros un 80 % de posibilidades de que nos dé un brote nervioso y nos tengan que ingresar. Pero, ¿dónde nos atenderán con estas cifras que estoy dando Hace falta una normativa que nos permita salir a la calle, que tampoco vamos a colapsar España, ya que somos responsables de seguir todas las medidas aplicadas como la distancia de seguridad. Debemos portar una fotocopia de la tarjeta de minusvalía y otra del dictamen de invalidez donde aparece el tipo de trastorno que padecemos para que las Fuerzas de Seguridad nos dejen ir a pasear o al pueblo, que todo esto relaja mucho. No es ninguna tontería, ni ningún privilegio social, es pura y dura realidad que cuenta un enfermo mental como yo que convivo desde hace doce años con el trastorno bipolar y pasé por plantas de agudos del Hospital San Jorge. Mi vida fue un calvario dos años y resucité de la muerte en vida gracias a que me acertaron en la medicación. Entré a trabajar en Arcadia en la huerta ecológica, tuve un gran apoyo familiar, de amigos y de la gente de mi pueblo y últimamente, desde hace dos años, he puesto en el corral de la casa del pueblo animales que te hacen terapia de relajación milagrosa.

Por todo esto le suplico al señor Pedro Sánchez y su equipo de gobierno que tomen medidas para evitar recaídas que serían otro verdadero desastre humanitario.