Opinión
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  • Diario del Altoaragón

La esencialidad de los medios informativos

El presidente explicó en su última comparecencia el carácter esencial de los medios informativos. Una realidad que no abre resquicio alguno a la suspicacia porque es enormemente rigurosa. Algunos pensadores han denominado la actual crisis "infodemia", acrónimo que viene a significar el carácter peligroso tanto de la insuficiencia en la información como en el exceso. De la primera, tienen la responsabilidad tanto el desconocimiento de la naturaleza del virus como la presumible infravaloración desde las administraciones. En el segundo, tenemos el escenario abierto de multitud de aficionados que, sin titulación ni preparación, con intencionalidad o ignorancia, cuelgan infinidad de falsedades, consejos ficticios, declaraciones inexistentes y toda suerte de destructivas prácticas que engendran confusión, malos hábitos, contagio y hasta muerte cuando el receptor es crédulo y actúa en fatal consecuencia.

Sólo los regímenes dictatoriales y las ideologías extremas niegan el papel fundamental de los medios de comunicación para la democracia y para la libertad, para la dotación a la sociedad de herramientas con las que, en un ejercicio responsable, el ciudadano puede conformar sus opiniones y puede cimentar correctamente sus designios sobre la triple base de la información, la formación y el entretenimiento. Los periodistas y todos los profesionales de los medios están trabajando en unas condiciones dificilísimas en estas semanas para entregar al país y a sus comunidades el rigor para el que se han titulado y la vocación social que han cultivado en sus trayectorias. Por eso son esenciales frente a las que Umberto Eco definió como legiones de idiotas capaces de discutir de su materia a un Premio Nobel, bastante más peligrosas que una charla en la barra de un bar. En estos días, la calidad informativa es vital y por ella estamos en los quioscos a su alcance.

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