Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Medidas resilientes

El Consejo de Ministros dio luz verde por fin al conjunto de medidas para paliar las repercusiones negativas de la pandemia de la covid-19, que en la tercera semana de confinamiento están afectando de manera grave a la sostenibilidad de las estructuras empresariales, a la actividad de los autónomos y a la propia capacidad adquisitiva de los hogares. Es razonable que las primeras ayudas vayan dirigidas a los sectores más vulnerables, a aquellos que necesitan del apoyo para mantener el suministro energético (bien es cierto que las eléctricas se han alineado perfectamente con el país en este delicado momento), los alquileres y la liquidez en los hogares. Y también que sean las pymes y los autónomos quienes consigan las mejores condiciones para soportar semejante embate, a pesar de que ayer sufrieran el paso del cobro fiscal de este trimestre.

Estamos en tiempos de resiliencia, de apretar los dientes, de agarrarse bien al suelo frente al vendaval que estamos padeciendo, de alimentar el ánimo contra el aluvión de estadísticas demoledoras, pero a la vez tenemos que otear el horizonte porque, en la salida de este predio encerrado a cal y canto en el que estamos ubicados, habrá que ir hacia delante conscientes de que la debilidad no va a favorecer la recuperación del consumo hasta los niveles previos a esta desgracia, de que tendremos que colocarnos en modo "posguerra" para ayudar a levantar no sólo el espíritu sino también el progreso hacia la prosperidad. Y que las sociedades miden su valor en la resolución de las precariedades asumiendo que todas las grandes conquistas implican ecuaciones complejas que observar y resolver. Incluso, con la exigencia a los gobiernos y a esa Unión Europea exasperante a la que hay que obligar a habilitar los bonos para oxigenar a los Estados.