Productores, su viabilidad es la de todos

Al vicepresidente Arturo Aliaga, afortunadamente repuesto de un pequeño revés de salud, le gusta en sus discursos introducir la cita de Bertolt Brecht entre los buenos que luchan un día, los muy buenos que lo hacen un año y los imprescindibles que son los que hacen de su vida un servicio permanente a los demás. Es necesario identificar a unos y a otros, incluso a los que jamás mueven un dedo por los demás, para establecer alianzas o rehusar el contacto de la negatividad, pero sobre todo para favorecer a aquellos que se han dotado por su laboriosidad e ingenio de la esencialidad. En ese estadio están situados aquellos que nos dan de comer, los agricultores, los ganaderos, los pescadores y quienes transforman los productos, incluso los que nos los traen hasta los mostradores de las carnicerías, las fruterías, las pescaderías, los supermercados...

En este mundo nuevo que se está larvando mientras nosotros estamos en casa, confinados hogareña pero angustiadamente por las noticias, las ecuaciones para el equilibrio van a arribar a nuestras vidas con una complejidad ignota. Los sobresaltos van a acompañarnos en cada expresión estadística, en los guarismos del paro, en las regulaciones de empleo, en los concursos de acreedores y en un ecosistema que se va a empobrecer y que va a exigir, para restablecer el bienestar de ayer, lo mejor de cada uno. Y, en ese propósito y ese compromiso ineludible, se encuentran los productores cuyas zozobras de hoy, sean fruticultores, sean ganaderos de ovino o vacuno, deben ser nuestra preocupación porque sus dificultades se trasladan a nuestras despensas. De ahí que resulte ineludible la flexibilidad para que puedan atender sus explotaciones y para que reciban las ayudas precisas porque su viabilidad es la de todos.

Diario del AltoAragón