Opinión
Por
  • MARÍA DE LAS MERCEDES PUYUELO SIMELIO

Tercera semana de confinamiento

Los españoles, como dice la canción, resistiremos, pero ¿cuánto más pues hasta el final de la pandemia.

Según informaciones de los científicos parece que podemos estar todo el año hablando del COVID-19, habiendo contagios y recuperaciones pero todo esto si se consiguen que el medicamento australiano, que no es una vacuna, pueda ser válido para las personas.

Cuando comenzaba el año 2020 todos nos deseábamos felicidad, nadie podíamos pensar que este año iba a ser muy diferente. Solo tres meses después, nos hemos visto azotados por un virus que ha venido para quedarse, aunque los investigadores médicos, a pesar de los recortes que han sufrido, se han puesto a la cabeza para intentar eliminarlo. Siempre estaremos agradecidos y habrá que pensar que necesitan una mayor partida económica porque en la sociedad actual esto se puede repetir.

En este momento, todos estamos en casa para evitar que ese virus se incremente y dañe a más personas ya que los hospitales de las ciudades, más pobladas, están colapsados y las noticias son desoladoras. Personas de todas las edades, aunque se ensaña más con los de más edad, fallecen y los profesionales que atienden los cementerios, no los pueden incinerar en el día acumulándose los féretros en lugares como párquines, pista de hielo, tráiler?. ¿Cuántos padres, madres, abuelos, abuelas, tíos, niños, adolescentes? han fallecido desde que ha empezado la pandemia Además, lo más preocupante es que los funcionarios públicos también encuentren la muerte por contagio y por no tener material suficiente para protegerse ¿esto no se habría podido programar y anticiparnos al desastre cuando ves que otros países lo están pasando horrorosamente No solo no se supo prevenir sino que haciendo alarde de omnipotencia fueron capaces de permitir grandes concentraciones, pero ¿dónde está el sentido común?.