Opinión
Por
  • FERNANDO JÁUREGUI

¿Aló, presidente, Aló, Pablo?

Supongo que este fin de semana habrá sido pródigo en llamadas desde "teléfonos rojos" de los despachos más importantes de este país. Sé, por ejemplo, que la patronal ha recibido varias, para que apoye, tranquilizándoles sobre las "travesuras" de Podemos, esos proyectados pactos de La Moncloa que antes reclamaban muchos que ahora abominan porque los ha propuesto Pedro Sánchez. Entiendo que no es persona que genere confianza; mire las hemerotecas. Y, si yo fuese Pablo Casado, me sentiría muy poco tentado a cualquier abrazo, presencial o virtual, con quien te ofrece el acuerdo y luego envía a su "portavoza" a insultarte.

Pero qué quieren: los ciudadanos, que votamos, pagamos nuestros impuestos y nos recluimos, tenemos derecho a exigirles el sacrificio de tragarse sapos, porque lo que se vaya a planificar en esas semanas va a repercutir en nuestros hijos y nietos. Y no permitimos que se juegue a los juegos de poder, valga la redundancia. No es que yo confíe en este Gobierno; menudo lío se ha montado con lo de la reincorporación al trabajo hoy, que si con mascarillas, que sin ellas, que si dejando, como los japoneses, los zapatos a la puerta...

Y eso no va a ser nada, cuando hasta el prudente Luis de Guindos nos va preparando para una recesión que no conocíamos desde la guerra civil -hambre se pasó-, mientras se nos anuncia un previsible colapso de la Justicia ante la avalancha de demandas y querellas.

Y, claro, un no-retorno a nuestras fórmulas de vida. Si esto no justifica un enorme acuerdo, ya me dirán qué lo justifica. No puede ser que el follón siga gestionado por un solo personaje y su entorno. El más poderoso de España desde que se murió Franco. Casado, Rivera, los presidentes autonómicos más conscientes, la militancia de los partidos, hasta Vox si me apura, tienen que librarnos de la tentación autocrática. A Sánchez le pido voluntad sincera de acuerdo, no operaciones de imagen que ya no le salen redondas. A Casado, que ponga condiciones para pactar sobre la mesa, y luego se atreva a ser él quien proponga el pacto. A Iglesias, que se refrene en sus ansias de llevarnos a todos por "su" buen camino. A Ciudadanos, que siga por esta senda. Y a Vox, que se deje de majaderías como la predicar un Gobierno con cuatro ministros presidido por Rosa Díez. No es mucho pedir, creo. Solo sentido común. Que ya sé que no es lo más común en estos días de desgracia. "Aló, presidente", "Aló, Casado", me parece que gritan, cada día más, los balcones, ya que los teléfonos de "ellos" parece que no suenan al compás.