Opinión
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  • DIARIO DEL ALTOARAGÓN

El fin es la normalización

El confinamiento de los españoles en sus hogares, una medida drástica que implica en la práctica la pérdida de la libertad de movimientos de los ciudadanos, es un instrumento que absolutamente nadie ha puesto en tela de juicio porque de su rigor depende en gran medida la salud pública del país y la individual de los españoles.

Si la reclusión, camino ya de la séptima semana, ha resultado ineludible, tampoco debiera generar discusión alguna que va llegando el momento de obtener respuestas a una cuestión que todos los españoles se hacen, en un contexto en el que son varios los países que ya van abriendo las llaves de sus puertas: cuándo y cómo va a ser la ruta de la normalización. De ahí que, con todas las reservas de la evolución en los días venideros, representa un alivio el anuncio de ayer de Sánchez de que el día 2 podremos pasear todos y hacer deporte, con limitaciones y muchísima prudencia. Todos hemos entendido la gravedad extrema de la pandemia y los requisitos establecidos en la misma dimensión para encararla y acabar reduciéndola, que no vencerla porque con los muertos por decenas de miles hablar de triunfos constituye una frivolidad que no debiéramos permitirnos por otro tipo de salud, la ética. Pero, a la espera de que los menores de 13 años puedan entrar ya hoy en contacto con el medio ambiente, hemos de exigir una planificación más allá de una declaración de intenciones. Somos conscientes de que pueden ocasionarse marchas atrás, que habrán de ser explicadas como cuando se emprendan hacia delante, con transparencia y, si puede ser, sin confusión, con coherencia, porque la credibilidad exige confianza. Seguro que los presidentes autonómicos hoy arrojan ideas y Sánchez debiera recogerlas. Gradualmente y con el fin de la normalización.