Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Nacionalización, receta desfasada

Exactamente igual que sucede en el ámbito político, cuesta relacionar a los actuales máximos dirigentes sindicales con aquellos que, en la Transición, contribuyeron con una altísima carga de responsabilidad en cada uno de sus movimientos para suscribir y ejecutar todos los grandes pactos en una coyuntura social y económica especialmente delicada. Tiempos de pactismo y de pragmatismo, de análisis, de aprendizaje y de eliminación de la carga ideológica en todos los sectores, justo después de la dictadura y abriendo los ojos a horizontes amplios.

Los líderes de UGT y CCOO, tanto monta que monta tanto, se introdujeron ayer en el carajal de las nacionalizaciones de grandes empresas de sectores estratégicos, debate que en el estado actual es anacrónico e inoportuno, en un tiempo en el que precisamos de las escasísimas certezas que la realidad nos puede aportar, y una de ellas es la de no recurrir a recetas absolutamente desfasadas y hoy tan sólo utilizadas por líderes que han demostrado, precisamente, que no conducen sino a la ineficiencia y al empobrecimiento de la población.

Efectivamente, Pepe Álvarez y Unai Sordo cimentaron su discurso en una sopa de conceptos que difícilmente ligan, con la confusión entre el apoyo a los sectores estratégicos en medio del marasmo que suscita la pandemia y la traslación de la titularidad al Estado, posicionamiento que, por cierto, tan sólo sostiene -a fecha de hoy- un partido político y que difícilmente será respaldado por una representación nutrida de las cámaras. Hoy, se precisan medidas audaces que optimicen la consignación de los recursos públicos y la aportación de los privados para extraer los mejores rendimientos. Resultados contrarios a los que están aniquilando el bienestar en no pocos países.