Opinión
Por
  • JOAQUÍN OLIVERA

Intentando la normalidad

Intentando la normalidad Ante la pandemia de la covid-19 y lo mucho que se debate y escribe al respecto, lo primero que queremos expresar es el reconocimiento y gratitud a todos los gremios que trabajan sin descanso, no siempre en las mejores condiciones, para intentar frenar su expansión o curar, llegando a entregar sus vidas por toda la ciudadanía.

Dicho lo anterior, queremos centrarnos en los cambios que se vienen dando en la desescalada de actividades como la construcción, algunas empresas de necesidad social y, últimamente, el fin de confinamiento para los niños que a partir del día 27 del presente mes de abril, pueden salir a pasear acompañados, habiendo rectificado al darse cuenta que es mucho mejor tomar el sol y el aire sin asistir a ciertos establecimientos públicos, como se señaló en principio.

Somos un grupo numeroso de propietarios de huertos familiares, o como se les quiera denominar que, a la vista de este principio de ir disminuyendo el confinamiento, pensamos podría estudiarse la situación y funciones que cumplen en base a las siguientes consideraciones: 1º .- Beneficios para la salud, sobre todo para los sistemas respiratorio, circulatorio, locomotor y prevención de ciertas enfermedades psíquicas (depresión, alzheimer, etcétera).

2º.- Mejora el equilibrio y estética como es un terreno cuidado y cultivado, a la vez de los beneficios que aporta de riqueza de oxígeno mediante la función clorofílica, evitando la polución y purificando el medio ambiente.

3º.- Como ayuda familiar y de la comunidad, porque lo que se cultiva son productos ecológicos, bien para las familias y para todos. Al evitar productos agresivos y nocivos protegemos las abejas y los pájaros porque sin ellos la vida termina Parece ser que nunca hemos tenido ningún reconocimiento favorable a los que realizamos esta actividad, observando con satisfacción cómo en medio de las grandes ciudades potencian los huertos, cosa comprensible si se tienen en cuenta los beneficios para los que dedican su esfuerzo y a la vez purifican la atmósfera.

Nuestra mayor gratitud a las personas que con su esmero y dedicación cultivan las plantas en sus viveros haciendo posible que se cumplan nuestros objetivos para bien de todos, siendo una lástima que parte de su producción tenga que desecharse.