Opinión
Por
  • CARMEN MARCUELLO SERVÓS

Ciudadanos del mundo

En poco más de un día, tras decretarse el estado de alarma en España, los alumnos y alumnas de las Escuelas de Enfermería de Huesca y Teruel, de la Facultad de Ciencias de la Salud y de Medicina la Universidad de Zaragoza ya se habían organizado conjuntamente con los MIR. Las respectivas delegaciones de alumnos junto con el equipo decanal de la Facultad de Medicina prepararon una lista de voluntarios por si era necesaria su ayuda. Eran estudiantes de la universidad que en apenas unas horas se auto-organizaban para dedicar su tiempo, sus conocimientos y sus habilidades contribuyendo a una situación desconocida. En un momento donde todavía no se vislumbraba la magnitud ni el impacto que hoy tiene. Entonces pensé, ¿tal vez nuestros estudiantes de Administración de Empresas estarán valorando qué pueden hacer ¿Estarán anticipando soluciones a los problemas económicos que van a venir Tal vez, en Trabajo Social, Ingeniería, Derecho… Pero antes, ¿hemos sido capaces de transmitirles esa actitud ¿Qué profesionales estamos formando ¿Qué ciudadanos y ciudadanas estamos educando ¿Qué transmitimos a nuestros estudiantes Para ser profesionales también necesitan actitudes además de conocimientos y habilidades. ¿Formamos en generosidad, en el esfuerzo para otros y no solo en beneficio propio Todas las profesiones y disciplinas acaban afectando a personas. ¿Dejamos claro que nuestras acciones tienen consecuencias en la comunidad, en la sociedad, en el planeta ¿Resaltamos que el bienestar común, la justicia y la dignidad son realmente aquello por lo que merece la pena trabajar En los sistemas de educación superior, en las universidades el modelo educativo de enseñanza-aprendizaje también está en debate y en estos días mucho más. Disponemos de diversas metodologías y herramientas. La metodología de aprendizaje y servicio permite adquirir actitudes de compromiso, al igual que el trabajo en equipos cooperativos. También se utilizan el trabajo por proyectos, la formación dual, el trabajo mediante retos aplicados. Participar y tener responsabilidades de gestión en la universidad es fundamental para desarrollar el compromiso y la corresponsabilidad. Además, no sólo formamos dentro de las paredes del aula y no sólo el profesorado. La educación se produce también fuera del aula, con toda la comunidad universitaria, entre las y los estudiantes, con el personal de administración y servicios. Las prácticas en colaboración con empresas e instituciones ayudan a ampliar la mirada, son también nuestros aliados. Juntos tenemos la responsabilidad de acompañar a nuestros jóvenes en su instrucción y educación.

Es difícil saber cuál es el futuro que espera a nuestros estudiantes. Es cierto que siempre es incierto, pero sabemos que se construye desde el presente y con los aprendizajes del pasado. En este sentido, merece la pena destacar el documento realizado por la Universidad de Mondragón, a partir de las bases propuestas por la Unesco, titulado "Mendiberri 2025". En el texto se destacan, entre otras cuestiones, la necesidad de formar ciudadanos del mundo. En concreto, dicen que es aquel "conocedor de sus raíces, a su vez se siente ciudadano del mundo preocupándose por sus problemas y mostrando una actitud cooperativa de responsabilidad social y aprendizaje mutuo".

La propia Universidad de Oxford, en su plan estratégico de 2012-2023, indica que "a través de un compromiso con la educación personal de cada estudiante, proporcionaremos una educación de calidad y una experiencia que proporciona a los estudiantes los valores, habilidades y conocimientos intelectuales que les permitirán hacer una contribución positiva a la sociedad". Desde la universidad de Zaragoza, en particular, y desde las universidades públicas, en general, hemos de ser conscientes de este reto y poner los medios para no solo formar profesionales para el presente sino personas que construyen y construirán el futuro de nuestra sociedad.