Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Que sea simétrico al menos el buen juicio

A los gobiernos les gustaría que sus lienzos fueran perfectos, cubistas, impolutos. Y, sin embargo, al que rige en esta trágica coyuntura los destinos de España le ha salido la vena artística transgresora a través de la proclamación transversal de la asimetría. La "desescalada" (¡ay, si los clásicos del idioma levantaran la cabeza!) carece de certezas y entonces se aplica el término que descompone las formas o los tamaños. La previsión de evolución económica también perfila una V asimétrica al decir de las ministras del ramo para desconcierto de quien no atisba otra condición en la letra que la de su trazado real. Y lo cierto es que el uso del lenguaje por los sucesivos, abundantes y descompuestos portavoces también es asimétrico, por cuanto resultaría sencillo hallar impurezas ortográficas o sintácticas de no ser por la longitud casi "castrista" de las intervenciones.

Quizás es por el exceso de lo que otros modernos bautizan con el acrónimo "infodemia" (la pandemia invasora de la información) que los ciudadanos tardamos en digerir las instrucciones -por otro lado nunca sujetas a la certidumbre, porque cambian asimétricamente- para esta interrupción controlada de la reclusión doméstica para tomar hoy contacto con el aire de las calles, una conexión razonablemente miedosa porque absolutamente nadie puede ni debe confiarse ante el desconocimiento de tantos detalles sobre las posibilidades de contagio, que pululan en la atmósfera ante la insuficiencia de la aplicación del material de un sistema sanitario manifiestamente desbordado. Por eso, el buen juicio, la sensatez y la prudencia han de configurar un triángulo simétrico en el que encerremos toda opción de penetración del virus. Mucha responsabilidad porque queda menos pero no son éstos días de abrazos y de roce.